EL DUELO POR LA MUERTE DE UN HIJO. 18 DICIEMBRE.
En muchos artículos y posts de psicología leemos a menudo sobre el duelo. El duelo como un proceso, un trabajo, sus fases, duelos por pérdidas de seres queridos, separaciones de parejas, migraciones a otros países, las etapas de la vida, incluso de la propia salud.. Pero nada se puede escribir junto al duelo por la muerte de un hijo.
Así como llamamos viudos, a los que pierden la pareja, huérfanos, a los que pierden los padres … ¿Como llamamos a los padres que pierden un hijo? no tiene nombre, lo que es inmombrable.
Algo se ha acabado. Ya no habrá más partidas. Debemos recoger y cambiar de juego, cambiar de vida .. Todo es diferente. Incorporar la pérdida ¿pero a dónde? ¿Donde la tenemos que poner? Parece que aquella vida no tiene existencia sin él.
Cerramos la paradeta y nos vamos juntos hacia otro camino, empezar otra historia y construirla de nuevo… qué pereza, qué pena, ¡qué rabia! Pero debemos hacerlo, no queda otra, porque queremos vivir ¡y tanto que queremos vivir! Pero otra vida, aquella no, aquella parece que no pueda ser, falta alguien esencial, y sin la esencia nada tiene continuidad.
¿Y cómo se hace? No hace falta irse a la otra punta del mundo, ni convertirnos en algo postizo. Pero hay que observarnos, bien atentos a los cambios que se darán dentro de nosotros, y aceptarnos como diferentes, un antes y un después. Y desde esta diferencia empezar a construir una historia nueva, relaciones que ya estaban pero ahora cambian, otras nuevas, ya se verá .. Como todas las vidas, que vamos haciendo, dispuestos siempre a dejarnos sorprender.
Los duelos no se curan, no se tratan, porque no son ninguna enfermedad ni nada patológico. El duelo es un estado vital, que acabará algún día y, como una energía, se transformará y dará paso a otro estado.
Los duelos se acompañan. Y aquí es donde está la gente que os quiere… acompañándoos.
En vuestra “nueva vida”.
https://torneigjanvergesblanch2016.wordpress.com/
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