EL PERFECCIONISMO
Suele confundirse con la “excelencia”, que sería lo positivo de las personas perfeccionistas, es decir, querer hacer las cosas muy bien, excelentes, con una actitud responsable y esforzándose por conseguir logros y metas deseadas. El sentido de la responsabilidad y la capacidad de esfuerzo sin duda son características muy valiosas.
En cambio, el “querer ser perfecto” o “hacer las cosas perfectas” tiene que ver con un miedo al fracaso y a los propios errores. Las personas perfeccionistas sufren de ansiedad, de baja autoestima, y su autovaloración muchas veces depende de lo que hacen y no de lo que son. Suelen fijarse metas demasiado elevadas y exigentes, que vividas con ese nivel de estrés pueden, paradójicamente, afectar a su rendimiento y a los resultados obtenidos.
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