Terapias
Las visitas de terapia tienen la capacidad de modificar lo desadaptativo y disfuncional de nuestro mundo interno. Las maneras de sentir, de pensar y de actuar vienen condicionadas por patrones inconscientes que se instalan en nuestra mente por influencia de todo lo que nos ha pasado desde nuestro nacimiento. Le damos así otra oportunidad a la mente, las que sean necesarias para revisar aquello que nos daña y nos resta bienestar. Todo ello potenciado con la técnica EMDR.
- TERAPIA INDIVIDUAL
Se trata de la demanda más frecuente y es el propio paciente quien pide visita.
Durante la sesión, el paciente explica el motivo que le ha hecho acudir a la consulta y, a través de su discurso, vemos los desencadenantes que han motivado la decisión de pedir ayuda, y así, en un ambiente distendido y tranquilo vamos explorando lo que le ocurre.
A partir de entonces vemos cuál es la intervención más adecuada para su problemática. Si lo indicado es iniciar una terapia, le informamos sobre la/ las terapia/s que creamos más convenientes para él.
- TERAPIA DE PAREJA
En estos casos quien acude a la consulta es una pareja cuya relación se encuentra en una situación de crisis que ambos miembros quieren remontar, aunque no saben cómo.
Los motivos de la crisis pueden ser muy variados: celos, desavenencias en la crianza de los hijos, intereses diferentes que se han ido acentuando con los años, etc. A veces estos momentos coinciden con la marcha del hogar de los hijos adultos, que fuerzan a la pareja a revisar su vida conjunta.
- TERAPIA FAMILIAR
En estos casos se revisan dinámicas familiares conflictivas de la familia.
La intervención puede ser citando a todos los miembros de la familia juntos, por grupos y también por separado.
En algunos casos es alguien en concreto el que presenta mayores dificultades, pero para su buena evolución se requiere de la intervención de algún miembro más de la familia.
Al estilo de las terapias de grupo, se pueden usar técnicas de role playing (ponerse en el lugar del otro) y también con EMDR.
- TERAPIA INFANTO-JUVENIL
La terapia infantil tiene una técnica en sí misma algo diferente que la del adulto. Se usa el juego, el dibujo, cuentos y narraciones; todo aquel material necesario para que el niño se sienta a gusto y puede ir desplegando su mundo interior, incluyendo también técnicas de EMDR.
La primera visita siempre es sin el niño y abordamos con los padres la estrategia de intervención a seguir. En el caso de los adolescentes y jóvenes en general, la psicoterapia es más parecida a la técnica que se usa con los adultos. Sin embargo, en todos estos casos es necesaria la intervención y colaboración de al menos alguno de los dos progenitores para llevar a cabo la terapia.
El proceso es sencillo, consiste en tener entrevistas periódicas donde intercambiamos información de lo que creamos necesario saber para la buena evolución de la intervención.
- TERAPIA ONLINE
Gracias a los avances tecnológicos esta modalidad de terapia cada vez está siendo más demandada. Se puede hacer por videoconferencia o bien incluso hay personas que prefieren solo la voz. Programamos una hora de visita e intentamos reproducir lo que sería una sesión presencial.
Es importante estar solos y tranquilos, que se disponga de los minutos que dura la sesión sin interrupciones. También se pueden intercalar con visitas presenciales.
La gran ventaja de esta modalidad es que las personas que no pueden desplazarse a la consulta por distancia, tiempo, algún motivo de salud o por vivir en poblaciones sin psicólogos de confianza, tengan acceso a este recurso sin problema.
El pago se hace por transferencia bancaria previo a la visita.
- TERAPIA DE EMERGENCIA
Se trata de un protocolo de EMDR especial para situaciones donde el tiempo de intervención se considera crucial. Se intenta dar la primera visita lo más tempranamente posible.
Son situaciones de un alto impacto emocional como comunicación de malas noticias por fallecimientos, catástrofes, accidentes, enfermedades, entre otros. También se incluye en Trauma Vicario, que es el impacto emocional “de lo que podía haber sido”, por ejemplo el que se salva de un accidente, o el “podía haberme pasado a mi”, cuando le ocurre una desgracia a alguien cercano.
Pueden ser intervenciones individuales o también en grupo o familiares.
